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Brujas, orgullosa de su patrimonio

En 1998, el Beaterio se reconoció como Patrimonio de la Humanidad. Un año después se añadió el Campanario a la lista de Patrimonios de la Humanidad y en 2000 todo el casco histórico. Brujas cuenta con un valioso patrimonio arquitectónico y es además un hermoso ejemplo de ciudad con un estilo homogéneo, conocida, sobre todo, por su famoso gótico de ladrillo. Además, se ha conservado el diseño medieval urbano auténtico que ha crecido de forma orgánica. Y por si fuera poco, Brujas es la «cuna» de los primitivos flamencos. Razones más que suficientes para que la UNESCO decidiera concederle la etiqueta de «Ciudad Patrimonio de la Humanidad», algo que enorgullece a la ciudad y a sus habitantes.


Sin embargo, también se aprecia el patrimonio inmaterial. Desde que se tiene constancia, pero sin lugar a dudas desde el año 1304, la reliquia de la Santa Sangre se saca cada año el día de la Asunción de la Virgen en la Procesión de la Santa Sangre de Brujas. Un evento popular que conmueve a toda la ciudad y que en 2009 la UNESCO reconoció con la denominación de Patrimonio Cultural Inmaterial. En noviembre de 2014, los carilloneros belgas recibieron un importante reconocimiento internacional cuando la cultura del carillón belga, y todos los que están detrás, fue reconocida como una de las mejores prácticas para asegurar el Patrimonio Cultural Inmaterial. Se puede disfrutar de los sonidos del carillón tanto en Brujas como en sus alrededores durante todo el año, un buen sitio para escucharlos es la Plaza Mayor o el patio interior del Campanario. Desde 2016, la polifacética cultura belga de la cerveza se encuentra en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial. El casco histórico de Brujas cuenta con dos fábricas de cerveza y un museo de la cerveza, en la Campiña de Brujas existen varios cerveceros artesanales con gran pasión por su trabajo y, además, en Brujas hay numerosas cafeterías, bares y restaurantes donde se puede valorar la cultura cervecera.