Puede que el fotogénico puente de San Bonifacio sea uno de los más recientes de Brujas, pero este resume perfectamente a la ciudad. Un ambiente misterioso, abundante romanticismo y fabulosas vistas que luchan por captar tu atención. ¿Mirar fijamente las callejuelas y las casas colgantes artesanas, o bien alzar la mirada para admirar la solemne Iglesia de Nuestra Señora o el contiguo Palacio de Gruuthuse? Un lugar mágico, a cualquier hora del día. Deberás verlo para creerlo. Fraternalmente al lado, además, encontrarás el Puente de Gruuthuse con la Casa Arents, pintada de blanco, el único puente de la ciudad con un edificio encima.